La humanidad enfrenta una nueva guerra tecnológica que, lejos de armas o territorios, se libra entre potencias económicas a través de la inteligencia artificial generativa. Así como en los años cincuenta la industria automotriz marcó rivalidades históricas, hoy OpenAI con ChatGPT (respaldado por Microsoft), Anthropic con Claude (financiada por Amazon), Google con Gemini y China con DeepSeek compiten por liderar el desarrollo de modelos de IA que combinan lenguaje, automatización y grandes volúmenes de datos (MIT Technology Review, 2024; ColdFusion, 2023). Esta carrera por la supremacía digital ha redefinido el mercado tecnológico y reavivado tensiones entre Estados Unidos y China, agravadas por medidas arancelarias (The Guardian, 2023).
Más allá del avance técnico, este escenario plantea dilemas éticos. Los algoritmos de IA, entrenados con información humana, pueden reproducir sesgos sociales y culturales, generando riesgos en términos de equidad, vigilancia digital y manipulación informativa (UNESCO, 2021). En Colombia, donde el acceso a internet y la formación digital aún son desiguales (Fundación Karisma, 2023), estas brechas pueden ampliarse. Además, la falta de regulación frente a usos indebidos de la IA —como clonación de voces, manipulación de imágenes o creación de noticias falsas— amenaza la privacidad y seguridad ciudadana (DW Documental, 2023; EFF, 2024).
En el ámbito educativo colombiano, esta guerra tecnológica supone retos urgentes. Mientras unas instituciones limitan el uso de estas herramientas por temor al plagio, otras promueven su aprovechamiento pedagógico en procesos creativos y de resolución de problemas. Sin embargo, persisten grandes desigualdades entre estudiantes de ciudades y zonas rurales sin conectividad. Esto exige políticas públicas claras y formación docente en alfabetización digital y ética tecnológica (MEN, 2024; Observatorio de la Universidad Colombiana, 2023). Más que rechazar la IA, el reto está en comprenderla, adoptarla y usarla como aliada para transformar la educación, siempre desde un enfoque ético.
Escrito por: Jeiner Velandia Sanabria