La democracia en Colombia ha dejado un sinsabor después de las votaciones del 13 de marzo pues esta sería la primera vez en la historia de nuestro país que se iba a presentar un reconteo total de votos. Sin embargo, después de una reunión que sostuvo el registrador nacional, Alexander Vega con los 16 partidos políticos, se llegó a la conclusión que no era necesario tomar esa medida; doce de los 16 aseguraron estar conformes con el resultado electoral.
La aplicación de este proceso implicaba abrir las 112.000 urnas que fueron selladas el día de las elecciones y contar físicamente uno por uno los votos. “El recuento de votos hubiese generado una crisis de legitimidad en la búsqueda de dar garantías ante la posibilidad de fraude. Según algunos partidos políticos, el propio registrador nacional estaba incurriendo en actividades que no están soportadas legalmente y esto planteó una crisis en el propio sistema en tanto la transparencia del proceso no estaba siendo garantizada”, comenta Rubén Vergara, docente de la Facultad de Economía, Empresa y Desarrollo Sostenible.
Por su parte, Iván Rodríguez, docente de la Escuela de Humanidades y Estudios Sociales, explica, “entre otras razones, la inconsistencia ocurrió por el diseño del formulario E14 en el cual se registran los votos de las elecciones del día domingo. Desde antes de las elecciones, la Misión de Observación Electoral y algunos partidos políticos habían presentado algunas quejas respecto al formulario porque era confuso, y esto fue finalmente lo que sucedió: condujo a que los jurados de votación no entendieran cómo llenar la información de tal manera que no lograron llegar a conclusiones claras”.
Generalmente, existe un desfase entre el preconteo y el escrutinio, que suele ser mínimo, aunque en las elecciones 2014-2018 no fue tan pequeño, pues algunos partidos políticos pudieron recuperar entre el conteo preliminar y el reporte oficial una o dos curules. Esto puede presentarse, y aunque genera suspicacia y sospechas, no representa fraude electoral sino un error.
Aunque las inconsistencias se pueden presentar es importante que los ciudadanos sigan confiando en la institucionalidad y en el Estado. No obstante, es necesario exigirle al registrador un diseño claro del E14 para las próximas elecciones, y que designe jurados competentes que puedan realizar ese registro preliminar de la mejor forma y puedan llenar los formularios con mayor claridad para que se logre la transparencia en este ejercicio democrático. Además que se garantice el funcionamiento transparente del software, quizás en ese caso ofreciendo mayor información de los procesos a los veedores y a las misiones electorales de países amigos.