Según cifras del Dane, en 2022 se registraron 5.756.537 micronegocios en Colombia de los cuales, según el estudio La importancia de las microfinanzas para el financiamiento formal y el crédito en la base de la Pirámide el 14,2 % se financia con créditos informales y clandestinos como el ‘gota a gota’.
Esta investigación analizó la importancia de las microfinanzas para reducir el financiamiento informal y ampliar el acceso a crédito a ese segmento de población que ha sido excluido de las cadenas de valor de los negocios (base de la pirámide). Dentro de los hallazgos se encontró que las personas persisten en el crédito informal a causa de la baja capacidad productiva, la autoexclusión, la falta de educación financiera tanto a nivel urbano como rural.
Sumado a lo anterior, Cristian Yepes, director del programa de Negocios y Relaciones Internacionales, uno de los autores de este análisis agrega que las principales dificultades que tienen los microempresarios para acceder al crédito formal son la “falta de RUT, carencia de registro en cámara de comercio y el no pagar aportes a salud y pensión al Sistema de Seguridad Social.
En ese sentido, las microfinanzas resultan una alternativa que combate el financiamiento informal y aportan a la reducción de la pobreza al permitir que comunidades que no tienen acceso al crédito tradicional puedan hacerlo. Y es que, en lo que respecta al crédito en la base de la pirámide, el 65 % de las operaciones de microcrédito se destinan a la población pobre quienes, según se evidenció, logran superar la pobreza entre el primer y el tercer mes pasando del 67 % al 66 % en el nivel de pobreza.
Finalmente, Yepes destaca que “el gran aporte del microcrédito está en su capacidad para contribuir con los hogares y microempresarios en la mitigación de la irregularidad de los ingresos y la liquidez, así como al acceso sostenible a servicios financieros que permitan aumentar sus ingresos e invertir en bienes.